miércoles, 25 de noviembre de 2009

Yo y mis circunstancias

Quien ha dicho que los extremos no son buenos, en parte estos se tocan, cómo si no saben que se repelan.

Mi forma de ser es un poco extraña, mi personalidad tiende a ir a los extremos, pues siento como si de una parte irracional, todo lo que se contraríe es lo que tiene en mi sentido.

A veces creo que soy una persona sencilla, pero no logro comprender por qué todo acaba complicándoseme.

Soy muy inquieta, bastante extrovertida en ciertos temas, aunque demasiado introvertida para otros.

No me gusta estar mucho tiempo quieta en un lugar, aunque muchas veces haya jugado a parar los segundos de mi reloj _alguien me dijo en su día, que no puedo detener el tiempo, que este en un abrir y cerrar de ojos se nos escapa de las manos y que quizás lo que dijeses dejar para mañana ya no hay un mañana que te de esa oportunidad, así que vive el momento_ es lógico, si quieres algo, arriésgate, lucha, persiste hasta alcanzar aquello que anhelas, dicho así todo parece fácil, como si de un libro de autoayuda hubiésemos sacado cual palabras, “creer es poder”

_filosofía barata_

Me he dado cuenta de que soy un poco extravagante, en cuanto a que mi forma de actuar muchas veces contradice a mi razón, como dicen de mi, tengo una mente curiosa, nunca doy por sentado que algo sucede porque sí, se que ese algo lleva implícito muchas cosas, se que una sonrisa puede ser fingida, que unas lágrimas pueden ser de felicidad, que un te quiero puede sonar a farsa y un adiós nunca se materializa y sí, le doy mil vueltas a la almohada, quizás por eso ésta esté tan cansada de dormir conmigo, pero de mi indecisión he forjado mis sueños, se lo que quiero aunque me cueste decidir, hay un dicho que dice “ las cosas de palacio van despacio” y yo siempre he querido ser princesa.

Sueño con encontrar esa parte de mi que se halle en calma, encontrar la estabilidad en mi vida, arroparme de momentos de serenidad… _paradójicamente he comprendido que por más que me ate a la realidad, mis sueños corren a otro ritmo_ siempre voy a contracorriente de lo que soy y de quién finjo ser, como si de un lado u otro de ésta historia, siempre hubiese dos mitades, dos caras por mostrar y aunque haya momentos en que sienta tocar esas dos mitades , a veces soy, otras finjo ser. No trato de decir con ello, que soy una farsa, tan solo que hay momentos que es mejor dejar pasar las cosas, “sutileza” peco de ingenua, no de tonta. Busco tener estabilidad, pero mi mundo falla en su intento, no necesita detenerse, tan solo contar con aquello ajeno a si que le de calma.

He decidido ser yo, pese al mundo, quererme a mi misma, a mí y a mis circunstancias. Me he obstinado a pensar que lo más fácil, lo más tranquilo, lo más llevadero, es siempre lo más conveniente y por tanto lo que más necesito para mi… pero esas palabras fingen ser en mi vida y yo quiero ser yo tal cual, con mi punto de locura, con mi ingenuidad, con mis miedos, con mis indecisiones y mi modo tan radical de solventar mis errores, siempre he querido arroparme de silencios, pero su eco gritaaaa!!!

Ya no finjo, ahora soy yo y mis circunstancias van conmigo.

Siempre he creído ser alguien que adora las pequeñas cosas, no voy a ser hipócrita, ni decir que no me gusta que me halaguen con detalles, pero al fin y al cabo lo material se esfuma y el tiempo me ha demostrado que una caricia, una mirada, o un momento de complicidad, siempre acaba siendo recordado, las pequeñas cosas al fin y al cabo son las que provocan ese cosquilleo, esa ilusión, esa sonrisa tímida, o la cara de sorpresa que se te queda cuando alguien que esperas que esté y nunca está de pronto llega, la vida cambia y sin duda, son esos pequeños momentos los que mueven mi mundo.

Nunca me he encontrado con la mitad de las partes. O soy negro o soy blanco. Irónicamente mi vida juega a turnarse, ya no le busco sentido, pues bien se que lo que no atiende a razones lo guía mi corazón aunque mi cordura vaya detrás pidiéndole calma.

Siempre me he creído ser alguien impulsiva, pasional, algo temperamental… pero de entre las cosas que la vida me ha dado, hallo en ellas un estuchito de paciencia, ya no soy tan extrovertida, ahora me guardo más las cosas para mi, ni dejo que sean mis impulsos los que guíen el sentido que deba cobrar mi confusión, porque de otra parte he aprendido que sin cordura, el alma no avanza, que no siempre puedo ni tengo la razón, que de los errores se aprenden y que siempre nos merecemos una segunda oportunidad.

Aunque la experiencia me haya demostrado que las segundas oportunidades nunca fueron buenas, de momento no me creo ser lo suficientemente digna para no darte otro momento, porque no le sería justa a mi corazón, aunque mi mente decida oponerse, hubo un tiempo que huí de ti, por algún motivo hoy te tengo a mi lado, en algún punto del camino siempre acabaremos por reencontrarnos, a veces tan solo el tiempo es el que decide. La vida me dio la gratitud de dejarme remendar mis errores, no quererte me ha hecho ver que te necesito.

No es que de pronto haya despertado y haya dicho, ¡hoy voy a ser menos yo!, ¡hoy no voy a ser tan cariñosa como suelo!, ¡no voy a sentir más de lo que pienso que es lo que me conviene sentir!, simplemente sucede, ayer sentía blanco hoy siento negro y no lo puedo evitar soy así de rara… Cuando algo me trastoca, necesito cambiar de rumbo, ir a otro ritmo, buscar otras expectativas, en definitiva, “cambiar”, luego digo que sueño con encontrar la estabilidad, pero no estoy en ese momento… creo que necesito correr… porque mis impulsos a si me lo piden, pero de otra parte mi cabeza me pide calma, hay momentos que a la fuerza, no puedo negársela, creo que hay dos extremos y los dos se hallan en mi, cada cual tiene su momento. Nunca me he encontrado con la mitad de las partes.

Todo el mundo habla, sobretodo cuando no se trata de su persona. De mi dicen que soy una persona muy sensible, muy apegada a mi pasado, a mi gente, alguien muy cariñosa pero distante, muy extrovertida aunque oculto siempre lo que quiero, dicen que se mentir muy bien, pero que mis ojos me delatan, que juego a querer dar y nunca espero nada a cambio, muy ingenua… Me han reprochado tantas cosas de mi carácter… y cada cual son ciertas, a su manera de ver, soy tal cual me ven y no pienso cambiar, nunca me he encontrado con la mitad de las partes, entre otras cosas, porque juego con los extremos… si mi alma llora, corro hacia lo que me de una pizca de felicidad, eso sí, después de haberme desahogado, si tengo miedo, no me escondo, lucho, hubo un tiempo que me doblegaba a sentir y ser lo que mi corazón miedoso y confuso sintiera ya no, ahora soy yo, ya no finjo ser fuerte, aunque en mi debilidad me halle, lucho, ya sabes _juego con mis extremos_

Siempre he tenido una apariencia un poco negra, me encanta vestir de cual color, aunque siempre lleve las uñas y los labios de rojo, creo que hay algo en mi que no lo puede evitar como si necesitase ser así, para que mi corazón se crea que debe sentir así, las cosas pueden ser y venir malas, pero siempre hay opción de mejorarlas, visto de negro, pero eso es tan solo la portada, muchos ven la fachada de una casa y con ello creen juzgar la comodidad de tu salón… es irónico, pero cierto, muchas veces lo que ves es lo que hay ¿pero y si te equivocas? Tentamos a dejarnos llevar por las apariencias, porque hipócritamente nos han inculcado que eso es lo que cuenta, sí claro, como si siendo más alto, más guapo, más fuerte o rallando aquello que la gente cree ser la perfección me fueras a dar la felicidad, sabes lo que es eso… ¿? No lo vas a encontrar dentro de un gimnasio, ni pasando desapercibido por la acera de enfrente de mi casa.

Soy negro… a veces juego con el blanco.


1 comentarios:

Anonymous montse ha dicho...

La dualidad en la vida n es siempre mala, uno debe tener claro ke uno es el y sus circuntancias, gracias por permitirme acomodarme en tu confortable salon

25 de noviembre de 2009, 17:21  

Publicar un comentario

Bueno dejar vuestra firma...

Suscribirse a Enviar comentarios [Atom]

<< Inicio