domingo, 7 de diciembre de 2008

Tan frívolo como ardiente

Y asusta, la manera de ser del mundo, "tan frívolo como ardiente" y da miedo como cuando en tu lucha te golpea y como entre tus llantos se ríe…

Es incrédula la manera de vivir y como cuando al apagarse esa llama que mantenía preso tus miedos te sientes morir y duele, pero sabes que tus temores tan sólo son eso y que tan solo tú puedes dejarlos libre, o encerrarlos en ti. Y sí, es irónica la vida, como cuando a veces lloras y tus llantos ajenos al dolor, se convierten en lágrimas de felicidad, que aticismo no, pero sucede… porque algo o alguien te sorprende y sí, ocurre, la vida cambia, por momentos… a pesar de tu rutina, el mundo así es, "tan frívolo como ardiente", lloras cuando necesitas reír, vives porque sufres y cuando crees haber visto todo, haber explorado hasta los rincones más surrealista de tu propio mundo, pierdes en tu razón, alguien o algo desconocido aparece, te enseña a ver el mundo de otra manera y te sorprendes, sabes que lo hace, pero lo niegas y aún no queriéndolo descubres que su afán de ser, es el culpable de tu incierta risa, una ilusión en medio de la arena, donde un sentimiento se aguarda en el interior de un castillo, apagado, obsoleto, tan solo se construyó a base de eso, de insignificantes granos de arenas y pudiera decir que todo se redujo a eso, pero de alguna manera que aún desconozco no lo fue, aún perdura… y como he dicho hay mil maneras de sentir y cada una de ellas te hace sentir tan diferente, aún incluso cuando todos esos sentimientos llevan a un mismo puerto, pero lo que ahora existe es distinto y abruma... tú provocas que todas esas sensaciones juntas difieran de lo que hasta ahora mi mundo conocía, asusta, pero intriga.

Y aquí me hallo, observando aún aquel banal castillo, pero mis ojos incluso en su inocencia ven más allá y por instantes, creen ver más brillo en él, más intensidad… quizás sea ilusión, pero siente como aún al recordarlo una inocente risa se forja en mi rostro y puedo decir que sí, que quizás aquel castillo se creó de la nada, que roto en pedazos ahora se haya, tras derrumbar el misterio que le incitó a ser, pero hoy brilla aún más, quizás fuesen tus ojos lo que hicieron que en medio de la noche, con el frío hiriente acongajando y la inquietud de dos cuerpos, aún permanezca, algo brilla y puede que todo sea de cierta manera “diferente” pero aquel castillo, en medio del mar, obsoleto, en una oscuridad inexcusable, brilla… y tú haces que mis ojos indecisos y curiosos quieran ver los tuyos, quizás reír, o puede que de cierta manera llorar, la vida asusta, "tan frívola como ardiente", puedes vivirla o soñarla, yo sueño con un castillo de arena en medio de mi ajetreado mundo, tan sólo falta hacerlo real, tan solo vivir...

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