martes, 24 de julio de 2012

Entre una de las tantas rarezas de mi vida, mi incondicional apego a lo sueños es una fuerte debilidad. Y en verdad, resulta un tanto irónico cuando entre sueños incluso batallan mis pesadillas.
Y te hallas en un momento idóneo en la vida, en la cual replantearte muchas cosas, los por qué de tantas reacciones, los impactos de tan malas decisiones y los miedos frustrados de lo que aún está por venir.

Y en ese preciso momento cuando los miedos afloran los sueños se esconden bajo la almohada... 
Ingenuidad al creer en que siendo audaz y constante todo esta por llegar, donde la fe acapara un papel fundamental en la vida y el rol de las imperfecciones juega a encajar en cada situación. Nos creemos que por el simple hecho de vivir tenemos una serie de derechos incuestionables y nos olvidamos a veces de las circunstancias que no rodean.

Quizás seamos nosotros mismos los que obviemos la realidad, la difícil situación incómoda de nuestros bolsillos, el vaguear (crean la ironía de esto) de no estudiar por cerrar una etapa y no trabajar por el simple hecho de no querer hacerlo. Vivimos y simplemente por ello nos merecemos un reconocimiento gratuito de lo que nos depara. Una buena comodidad en un estado que fundamentalmente vela por mis derechos y no tanto por mis intereses, pero bueno será cierto si algo me corresponde vendrá a mí, un trabajo agradable a corde a mi intelecto y mi destreza, unos bienes no más que los que a pulso mi sudor y la suerte dada me haya ofrecido... de pronto noto la angustia, la indecisión de mis sueños escondidos bajo la almohada, intentando despertar para afrontar una realidad aún mas decadente, pero a penas puedo, mi vagueza no me permite levantarme de la cama y aferrarme a un timón sin destino cierto, simplemente por el hecho de que tan solo por vivir no me corresponde ni si quiera un ápice de los sueños construídos y por qué... porque estamos en un momento en el que quien tiene poder se atreve a insinuar que mis circunstancias no son ni mucho menos podrán ser idóneas para llevar de manos mi realidad y puestos a ellos, de soñar no hablemos, me quitan derechos, privilegios y ponen en mi camino enormes pedruscos... y claro si no eres capaz de superarlos es que no es tu camino, si te desvías de tu sendero te catalogan como no de vagos e indecisos...

soñar... por qué no, quizás un día quien agota mi sueños se pueda ver en mi misma situación, pero por no esperar un imposible inmediato...

si sueño, si vagueo con sus inapropiadas medidas de recortes, de injusticia, de torpes intentos de poder sobre una población sin la cual tú no soñarías, pero como todo en la vida, las injusticias a veces cobran su parte y espero que a pesar de la incómoda situación a la que nos someten sonñaré... cuando se te acaben las ideas y tu enorme ego no te lo permita, espero que la realidad cambie y simplemente... espero ver quién es entonces quién vaguea sin más reconocimiento que la de una mayoría inconformista pero qu a pesar de todo supera sus obstáculos... a ver con qué soñarán entonces

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