viernes, 21 de mayo de 2010

Si me miras...

Él mira sin sospechar si quiera que yo le miro a él, e ignora que sé las cosas que suele callarse para si, como si esos sentimientos le creasen más que confusión, nunca me habla de ello, de lo que siente, de lo que quiere o no y de esperar que lo hiciera en algún momento comencé a perder la paciencia.
Es difícil sobreponerse cuando crees que mira a su alrededor y no se percata que yo le miro a él, que a veces tan solo quisiera un gesto y no diera más que grandes momentos, que al final éstos se desbocan por segundos, me gusta su mirada y casi nunca logro que ésta cautive su atención en mi… Momentos, sin duda, grandes momentos, pero me gusta la sencillez.
A solas, con una bulliciosa sensación, contradictoria quizás, siento su incomodidad, como de cuestionar mi forma de ser llega a desquiciarse sin comprender tal vez que cueste, que como cuál ironía tal refrán “las palabras se las lleve el viento”, pero todo eso llega a ser relativo. Guardo gravado en mi memoria muchas promesas, un cúmulo de reproches y juicios intencionados que al final no llevan a nada _supongo que el viento no sopla tan fuerte_ cuesta, no menos poder hablar de lo que pudiera yo sentir por él, o éste por mi, más que la confianza... lo sé, las palabras son frágiles, se rompen en seguida, con la incomprensión, con la hipocresía y la poca insistencia por contar con la otra parte, quizás mejor fuese no decir nada… si tan solo él me mirase, si viera que yo lo miro a él.
A veces siento que no pudiera entenderme, pese a hacerle partícipe de todo ello, de mis miedos, de mis indecisiones, pero por alguna razón me resulta más fácil que me conozca, sin medidas, quizás así ahora me juzgue “en base a”, tan solo dejar claro una cosa, mis acciones, mis reacciones son moldeadas por muchas cosas ya vividas, no  quisiese que cuestionase que todo ello acabará repercutiendo negativamente en él, con el tiempo una aprende, madura y sabe diferenciar el dolor del miedo.
Con el tiempo, todo... acaba siendo superado con tiempo, aprendí a contar con él, pero no lo puedo evitar, sigo siendo la misma, con mis dudas, mis temores y un sin fin de preguntas por hacer y entiendo que me reproche el no hacerlas que le enerve escuchar no más que mi silencio, pero comprendí que todo tiene su momento.
A veces tengo miedo pero cuento con que me sostiene, realmente confiar es duro y por muchas razones lo hago, cada día me siento más cómoda a su lado, cada día cuento más con él, la ausencia se hace poco notar…
Siento como le creo confusión con mis idas y venidas de humor “para qué, si después te vas”, para que te obstinas en formar parte de todo lo que me acobarda, si te regalo mis sonrisas. Lo sé es una torpe forma de arruinar algo tan sencillo, pero suelo ser muy complicada.
Realmente suelo ser a veces impulsiva, irracional e indiferente con mi amor, por qué no hacerlo, de un lado me has dado razones suficientes, de otra, me la quitas con cada momento que pasamos juntos, grandes momentos sin duda, pero me gusta la sencillez.
No pretendo que comprendas mi atípica forma de ser y siento repetirme tanto en recalcar ello, pero tampoco lo haré, disculparme las veces que te sientas cohibido.Y puede que lo vayas entendiendo, o simplemente te hayas acostumbrado a mi forma de ser un tanto caótica. Lo sé, no necesitas decirme lo mala que llego a ser, ni el daño que mis dudas puedan causarte, todo ello lo sé, cuando a solas me hallo y medito en las veces que simplemente estás sin yo esperarlo, estás… como cuando me doy cuenta de que ideas un cúmulo de sandeces tan solo para hacerme reír _ “escucha; el qué; tu sonrisa”_ o cuando sirves de consuelo y compartes cada momento. Estás, con mis días y días de compañero, pese a los días malos y los no tantos, simplemente estás y el tiempo te da de razones. No pediré disculpa si te abruma mi manera de ser, ni tan poco me disculparé por ser como soy, con el tiempo voy creciendo, contigo.
No dejaré que mi orgullo venza mi humildad, si necesitas escuchar que siento lo diré, pero las palabras se las lleva el viento cuestan y todo requiere de tiempo… si supieras que te miro cuando ajeno a ello miras a tu alrededor…
No dejaré que lo que he vivido repercuta en ti, pero el que sepas de mis miedos y en base a éstos mis decisiones un tanto radicales, que conozcas la manera de la que suelo actuar te hará formar parte de todo, pese a no compartir mis maneras, gracias por apoyarme.
De igual modo pienso en ti y quiero que tú también superes esas barreras, esa desconfianza de atrás y esas dudas insostenibles que te creas, o puede que te cree yo. Cuenta conmigo, yo lo hago, me esfuerzo en decir las cosas, a no restarle importancia porque se que te hiere el no saber de mi tristeza, pero a veces hay sensaciones que se digieren mejor a solas.
No reniego esta absurda forma de esconder mis sentimientos, de no darle la importancia que realmente tienen “para qué, si después te irás”. Realmente se que no es justo, que no debo de huir de lo que siento, que no tengo razones por las que echarte de mi lado, e inconscientemente se que lo hago.
Porque mucha gente cree que la vida sigue y que los problemas pueden ser olvidados con una facilidad incomprensible para mí, aún escucho la melodía en mis oídos de un viejo amor ajeno a este momento “amor desordenado” déjate. E inevitablemente hay situaciones que me hacen recordar y puede que no lo entiendas, por qué sigo con el mismo tararear si ahora suena otra canción.
En ello observo tu incomodidad, cuando cuestionas mis reacciones y de irracional tacha mis decisiones, testaruda…  guardas fuerzas para regalarme grandes momentos, sin duda lo son, te delata tu mirada y ese nerviosismo disimulando inocencia, a veces callas sin más me miras,  me gusta lo sencillo.
Entre tú y yo la distancia no tiene reglas racionales

Si me miras…

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