viernes, 26 de noviembre de 2010

La chica vela y sus miedos

Tengo miedo de muchas cosas, pero más que miedo diría que hay situaciones o decisiones que me cohíben, me asusta ser fuerte, pero hay momentos que no me queda de otra. Tengo miedo de la soledad, en cambio mis sentimientos se materializan en gran parte cuando estoy sola, irónico, la verdad. La soledad es una gran aliada pero no siempre nos muestra su peor cara, a veces nos permite dudar, reflexionar y crecer.
La ignorancia, otro sentimiento inquietante para mi, el no saber el qué y el por qué de tantas cosas, o saber más de la cuenta, el cómo está abierto a muchas posibilidades, y pese que con el tiempo haya adquirido más  indecisión prefiero mover el mundo a que éste me mueva.
 A veces  pienso que según las circunstancias que nos toca vivir nuestro andar se amolda a ese instante, las prisas no siempre son buenas consejeras, así que cambiamos el ritmo, a veces pausado otras apresurado, ver el mundo desde otra perspectiva o dejar que alguien lo mire por nosotros mismos, confiar y cambiar de vez en cuando la melodía de tu propio mundo, a veces suena jazz, la mayoría del tiempo escucho soul, de pronto un rock no muy duro motiva.
A pesar de todo, el miedo nunca ha marcado mi vida, pero si encaminado a reacciones o decisiones precipitadas y un tanto estúpidas, si lo piensas en frío claro, pero nadie es lo suficientemente maduro, estable, lógico o racional para saber separar la razón de lo emocional, siempre se cometen errores y pese a que se diga que no es bueno vivir del recuerdo, la razón de esa estupidez te hará ser mejor, ya no volver a equivocarte pero por lo menos ser más cauto, o ya no tan inocente como para tan descuidadamente obviar las cosas.
La gente en cambio suele tener miedo a la oscuridad, de una manera retorcida, a veces detesto la luz. Pero no es algo alarmante, siempre cuento con gente que no me dejan estar en absoluta oscuridad, aportan a mi mundo mis carencias y entre tantos defectos, a solas mi forma de ser.
Creo que directa o indirectamente a lo largo de la vida uno pasa por todo y tanto las cosas buenas como las malas son merecedoras de ser recordadas, por supuesto no con la misma intensidad.
En cuestión del corazón no hay experiencia que valga, uno siempre puede pecar de ser cauto, racional, distante, serio o limitar de cualquier manera sus sentimientos, pero a la larga uno acaba siendo o diciendo las  cosas tal cual el corazón dicta. Si eso es bueno o malo depende de la otra persona, pero egoístamente (y eso si que requiere de tiempo) ahora miro por mi. Es duro dejar que alguien sepa como eres y sobretodo que pueda cuestionar tu forma de ser, pero más raro se hace que esa otra persona forme parte de ti y que en cierta medida necesites que sea así, cuento con algunas personas que lo hacen, que de una manera inconsciente aportan tanto en mi vida, a veces lo hacen perseverantemente, la constancia se "hereda" _por de algún modo decirlo_ o por lo menos creo que es una cualidad que mis padres me han inculcado. A veces una tiene recelo a que alguien se acerque demasiado y decide frenar, ya sabes, marcar el ritmo de nuevo, pero cuando algo o alguien toca una parte de tu corazón, te haces vulnerable y eso asusta.
Sí, en cuestión de amor tengo miedo, pero a ras de ese sentimiento ese amor me da fuerza, pese a empequeñecerme otras veces, es como cuando te sientes decaído y de pronto te ofrecen un abrazo, o de una manera imprevista alguien saca una sonrisa de tu boca, como si no quisiera que el amor se alíe junto a mi soledad, de pronto la razón no manda y el corazón se rebela, enamoradiza, inocente, emocional.
Lo sé tengo muchos miedos y la mayoría inconfesables, de esos que solo mi soledad y yo aguardamos, pero suelen desaparecer, con tiempo, absorbiendo cada momento, sintiendo. Empezando cada día con un desafío nuevo o por lo menos procurando que así sea, acabando el mismo con algo aprendido, dicen que la vida es la mejor escuela y quien no siente no será capaz de sacar buenas notas.
Sobre todas las cosas tengo miedo a perder, pero como mi papi me dijo una vez, uno a veces no se basta solo para llegar y no se debe de despreciar la mano que te ofrece esa ayuda, no por compartir tus miedos u obstáculos deja de ser merecedor el resultado   _bueno dicho de otro modo, él me habló de una fábula de un león  y de una hormiga… pero vamos a buen entendedor(…)_  y el tiempo te enseña que las caídas son inevitables, duras y que dejan huella (quizás eso sea lo mejor, recordarlo) caes, pero tú decides levantar… constancia.
Tengo miedo a perderme _gracias mami por mi buena orientación jaja_ a no saber a donde ir en determinado momento, a no encontrar mi lugar, de pronto mis  miedos se vuelven insignificante, mi lugar está donde esté mi corazón, a veces asustado, otras veces rebosante de ilusión.
PD: Ahhhh!!! Entre tantas dudas que te aguardo, constancia entre los dos, sobretodo si hay ilusión… recuerda quien lo dice _tu  chica vela_

0 comentarios:

Publicar un comentario

Bueno dejar vuestra firma...

Suscribirse a Enviar comentarios [Atom]

<< Inicio