Adiós. Te quiero
La vida en su frenesí es contradictoria, a veces tan predecible que la rutina se vuelve cansina _suena el despertador, me acicalo, desayuno y comienza la matutina jornada diaria, regreso a casa, pongo en orden mis obligaciones y antes de que marquen las 8 en mi reloj salgo a caminar, vuelvo de nuevos mis pasos hasta llegar de nuevo a casa, escucho un poco de música mientras el aroma de la cena cada vez va haciéndose más apetecible y escribo entre lineas sensaciones_ día tras día, la misma rutina, el mismo camino, la misma gente, las mismas situaciones, las mismas inquietudes... predecible pues. En su contradicción la vida como cual niña juega a sentir, de pronto mis pasos se separan de ese sendero, de pronto las palabras cobran otro sentido, las mañanas parecen pintadas de otro color y el aroma del café sabe distinto, de pronto alguien te sonríe de una forma distinta, te regala un gesto inesperado, te suelta sin más un te quiero y rompe esa rutina...
La vida ya no es lo que esperabas que fuese, pierdes el control de tus sentimientos, _ es irónico, en cuanto de amar se trata todo se complica, las palabras suenan distintas, sin duda exteriorizarlas es un verdadero reto para quien se atreve a ello, de momento permítete ser cobarde y ocultarme tras simples letras un tanto huecas, no quiero regalarte palabras que no encajen con lo que en realidad siento, llámame cobarde, pero aún recuerdo aquella niña que en su inocencia creyó sentir, quién aprendió a forjar una ilusión y compartirla, quien no supo calmar sus ansias por ver realzar cada promesa, cada sueño que ese viejo amor prometió darme, recuerdo a esa niña, con su juguete en la mano esperando a que regresase su príncipe... de pronto el sueño terminó_ ya no quise ser más princesa
Abres los ojos, dejas de soñar y duele ver como esa inocencia se desborda, como de tus reproches cobran tus inseguridades y como cual justo paga por pecador, hiere la manera en que la vida te enseña, mostrándote sus dientes a la par que se apaga tu sonrisa... pero con el tiempo aprendes, creces, dejas de soñar con tanta facilidad y comprendes que lo realmente duro no es que algo llegue a su fin, sino asimilar ese adiós, cuando alguien te promete que nunca llegará y sin más llega, lo que en realidad trastoca tu serenidad es las tantas promesas dichas, que después de un tiempo suenan a hipocresía después de un tiempo... la niña pierde su juguete, ya no juega, recuerda ese dolor en cuales heridas en su piel aun cicatrizan.
Lo realmente sorprendente de todo esto es que sabiendo de antemano que un historia puede provocar un final, nunca dejas de intentarlo, el corazón haciendo oídos sordos a la razón quiere jugar, sentir y vivir cada momento. Lo que en realidad me asusta es que he aprendido a decir un adiós antes que un te quiero...Pero estás, sin que yo pueda negarme y siento porque estás a un palmo de mi, sujetando mis miedos, ofreciéndome el espacio que necesito entre los dos, sin dejar que esa distancia que estimo se haga un obstáculo, estás, te miro y siento.
Algo se me ha roto por dentro, no digo hoy, no te reproches cuando veas que mi sonrisa desiste, o que mis ojos no brillan como ayer, no te creas que eres la razón de ello. Simplemente hay días y días... gracias por estar.
Algo se me ha roto por dentro, no digo hoy, no te reproches cuando veas que mi sonrisa desiste, o que mis ojos no brillan como ayer, no te creas que eres la razón de ello. Simplemente hay días y días... gracias por estar.
1 comentarios:
hay dias y dias, totalemnte cierto, pero eso de dejar de soñar ser una princesa,jamas, no permitas ke nadie ni nadie trunque tus sueños. a mi peke de su luna
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