Nada de nadie

Nunca antes creí en el azar aunque siempre hubieron momentos en que mi mente sucumbía a ese deseo arrollador, pero con el tiempo comprendí, que mi fortuna en la suerte por aquel entonces, siempre estuvo dominada por mis ansias de controlarlo todo, de adaptar cualquier sentimiento u acción que transcurriese al son que mis pies desconsolados quisieran sentir, como un falso efecto placebo, que más que suerte tiene que ver con lo que uno desea, esa misma lucha constante que todos emprendemos por lograr cuanto nos quita el sueño y que yo sepa la suerte es algo casi mágico que se escapa a nuestro entendimiento de poder o de dominación…

Nunca creí en el azar o puede que éste no creyese en mi, de un modo u otro nunca nos encontramos y en mi camino hallé tantos destellos de ella que la confusión corrompía mi razón, pero siempre vence mi testarudez, lo palpable, lo más seguro, lo más racional es a lo que uno se aferra y yo he vivido toda mi vida sin esa suerte, no la necesito, aprendí que su indiferencia no es más que ese veneno en forma de éxtasis que nos atrae, que no se es más o mejor cuanto más se tiene, cuento con lo que tengo y ello es la parte culpable de mi felicidad, _tengo la suerte de tener unos padres que me enseñaron que el valor de la riqueza es efímera, que hay ciertas personas en nuestras vidas, como cuales trenes en su vaivén, que incluso no siempre un adiós se otorga, que a veces las explicaciones se quedan en el silencio, quizás por miedo a errar, o puede que a hacer daño a la otra persona, pero con el tiempo uno aprende, que aquel adiós era necesario, que deja una herida latente cuando se materializa, pero nos permite continuar, sin mirar atrás mas que para revivir algún recuerdo, me enseñaron que de la vida no todo lo bueno es tan bueno y que incluso de lo malo uno acaba fortaleciéndose, aprendí el verdadero significado de la lealtad, de la confianza, de la incondicional forma de ser yo sin tener que cambiar ni un ápice mis defectos, aprendieron a quererme tal cual soy e incluso a ver por mis ojos cuando los míos cansados yacían_

Como dice mi padre, “todo en esta vida tiene solución, menos la muerte”, pero esa evidencia no la necesito aquí ahora y es a ello a lo que me remito cuando todo se complica, todo tiene solución… pero cuando el tiempo me acorrala, mis inseguridades me asechan y la cobardía que hay en mi se escapa de su sendero recuerdo lo que mi madre siempre me dice “hay más tiempo que vida” y como no “ sin tiempo no sale barco”…

Parece absurdo que aluda a tantas citas, pero son ellas a las que me apego, quizás porque mi soledad se endurece conmigo y la suerte se enemista cada vez más y más de mi… Hay algo en lo que no estoy de acuerdo mami, cuando cuentas que muchas cosas de la vida es cuestión de suerte, sinceramente, diría que aquí la suerte es imparcial, que su hipocresía es indiferente en mi mundo. Dicen que de “tal palo, tal astilla” que generalizando, uno acaba sembrando lo que en su vida cultiva, que es reflejo de los actos que le han hecho crecer, que puede yo sea una gotita de vuestra forma de ser o sentir _ y siendo así me enorgullecería_

Pues bien, soy tan soñadora porque desde mi pequeña burbuja de cristal me disteis mis alas, porque nunca me coartasteis mis intentos de volar, porque frenasteis mis caídas y sanasteis las magulladuras que sufrí… con el tiempo comprendí que siempre hay momentos que uno fracasa, que nadie es invencible y que tarde o temprano todos acabamos conociendo ese sentimiento de dolor, que puede que la forma de aprenderlo no sea la adecuada, pero siempre fuiste mi punto de apoyo, ese pilar de mi vida, que nunca dejó que mi mundo se tambalease tanto como para derrumbarse, me enseñasteis lo que es la sencillez, la humildad y el tesón. De un modo u otro fuisteis mis sonrisas y esa parte de mi incomprendida, la sabiduría que en mi falsea. Vuestra forma de ser, de quererme, me ha hecho entender, que mi inocencia no es fruto de debilidad, que esa constante magia con la que envuelvo todo es mi forma de sentir… Me disteis las alas... a pesar de las dudas que inevitablemente suscitaron, creísteis en mi, aún cuando yo también dejé de hacerlo, cuando no sentía fuerza en mi, vosotros la potenciabais y no dejasteis nunca de hacerlo, me incitáis a volar tan alto como para ver el mundo de otra perspectiva, a mi manera.

Y gracias por todo ello. Siempre quise ser esa pequeña muñeca a la que tanto te recuerdo mamá, o esa Manesita a la que tanto apego le tienes papá, pues es esa parte pequeña de la historia lo que da cual inmensidad a todo lo demás, siempre quise ser yo quien anduviese con los pies en la tierra, aunque andase con mi alma al descubierto, encadenada bajo las estrellas, queriendo como cual ilusa palparlas y aunque me aferre a mis sueños, he tenido la osadía de rozarlos con la punta de los dedos, siempre he sido de esas pocas personas ingenuas, inocentes e incluso surrealistas y no por ello me he dejado embelezar por algo tan paradójico como el destino, la suerte, el azar… o como quieran llamarlo, todo ocurre por alguna razón. Y como ya he dicho antes, los frutos de mi, es lo que de vuestra siembra he podido recoger, siempre os he visto luchando tanto por nosotras, por realzar esos instantes de nuestra felicidad, tanto que por eso rehuyo de la suerte, todo cuanto tengo es lo que soy fruto de vuestra constancia.

Y aunque suene aún más incauta hablando de sueños, se que ciertamente, cuando deseas algo y te aferras a conseguirlo, se hacen reales, puede que no en la fecha oportuna, que el tiempo juegue a desconcertarnos, pero yo soy más hábil que él…

Seguiré soñando

PD: “Sé que voy a quererte sin preguntas, Sé que vas a quererme sin respuestas”.

Gracias por formar parte de mi mundo e intentar entender sus atipicidades. Os quiero