Por qué...
Muchas veces a lo largo de nuestra vida nos hayamos divagando en nuestra mente y cuestionándonos nuestra forma de actuar o por el contrario de inhibirnos, insistimos meramente en el hallazgo de alguna respuesta sutil, racional a unas tantas preguntas merecedoras de reflexión que por su transfondo difuso se convierten en contradicciones, pues cierto es que, el resultado de nuestras acciones u omisiones se contradicen con la posible lógica de lo que hay que hacer o por lo menos lo que se debería de hacer.
Por qué nunca valoramos lo que tenemos, y deseamos ansiosamente todo aquello ajeno.
Por qué no le damos importancia a todo aquello que en realidad mueve nuestro mundo: nuestra familia, nuestros amigos, nuestras obligaciones, nuestras ilusiones....
Y dejamos obsoletas las vivencias que han llenado nuestra vida y nos han hecho crecer como personas, olvidamos la primera vez que temimos a una enfermedad y como a pesar de nuestro miedo la superamos, a nuestra primera sonrisa, a nuestro primer beso, nuestro primer trabajo, nuestro primer amor, la primera vez que lloramos por desamor o que sufrimos por la pérdida de alguien amado... olvidamos que nuestros recuerdos son sobre todo, NUESTROS y que por mucho que pase el tiempo han formado parte de una época de nuestra vida y por subsiguiente de nuestra forma de ser y pensar.
La realidad es que, en la vida todo lo que uno tiene es fruto de su esfuerzo y constancia, de sus ganas de lucha o por lo menos eso es lo que debiera ser, la vida no es fácil, sin embargo en el camino nos encontramos con alguna poca gente desinteresada que nos ofrece una mano y dicen querer ayudar cuando ven que de un grano de arena se nos pueda hacer un mundo y ante tanta gratuidad…. por qué no paramos por un momento este mundo nuestro tan frívolo en el que nos envolvemos y dejamos de ser por un instante nosotros para pensar en alguien que no sea uno mismo y decimos gracias, tan solo es una palabra , pero muchas veces sirve de mucho, “gracias por estar o simplemente por ser”… quizás por el mero hecho de pensar que ese agradecimiento es explícito, o porque la conformidad se ha hecho dueña de nuestros deseos y la soberbia nos invade, nos creemos que todo tiene que venir hecho y nuestro ego se hace dueño de nuestras acciones.
Nunca sabremos el por qué de muchas cuestiones, las cosas que suceden quizás sucedan por alguna razón, no digo que no seamos dueños de nuestro propio destino, si no que, cómplice a ello todas las decisiones tomadas en nuestra vida tienen su efecto, somos lo que decidimos, y es por ello que la verdadera cuestión no radica en el por qué si no mas bien en el qué, saber como actuar o que hacer. No es imposible ser fiel a nuestra razón sin tener que por ello contradecir a nuestros sentimientos o impulsos, podemos lograr una armonía en cuanto al querer y deber. No es malo desear lo que no tenemos y convertir en objeto de nuestra ambición lo ajeno, no por querer poseer y tener más de lo que tenemos somos peor persona, no por querer enriquecernos personalmente y por qué no materialmente somos indignos, tan solo hay que ser lícitos y fieles a nuestros ideales, luchar por nuestros principios y creer en nosotros mismos. No obstante, nunca deberíamos dejar en el olvido nuestros comienzos, y no pisotear a quien nos brinda su ayuda, agradecer a alguien por su complicidad no es signo de debilidad, si no más bien de honestidad.
No todo lo que tenemos en la vida nos brida una eterna felicidad, pero ¿qué sentirías si no tuvieras lo que hoy te hace feliz, o por lo menos aquello que te aporta seguridad y estabilidad? Sin duda, ¿No te sentirías solo? Somos lo que queremos.
Por qué nunca valoramos lo que tenemos, y deseamos ansiosamente todo aquello ajeno.
Por qué no le damos importancia a todo aquello que en realidad mueve nuestro mundo: nuestra familia, nuestros amigos, nuestras obligaciones, nuestras ilusiones....
Y dejamos obsoletas las vivencias que han llenado nuestra vida y nos han hecho crecer como personas, olvidamos la primera vez que temimos a una enfermedad y como a pesar de nuestro miedo la superamos, a nuestra primera sonrisa, a nuestro primer beso, nuestro primer trabajo, nuestro primer amor, la primera vez que lloramos por desamor o que sufrimos por la pérdida de alguien amado... olvidamos que nuestros recuerdos son sobre todo, NUESTROS y que por mucho que pase el tiempo han formado parte de una época de nuestra vida y por subsiguiente de nuestra forma de ser y pensar.
La realidad es que, en la vida todo lo que uno tiene es fruto de su esfuerzo y constancia, de sus ganas de lucha o por lo menos eso es lo que debiera ser, la vida no es fácil, sin embargo en el camino nos encontramos con alguna poca gente desinteresada que nos ofrece una mano y dicen querer ayudar cuando ven que de un grano de arena se nos pueda hacer un mundo y ante tanta gratuidad…. por qué no paramos por un momento este mundo nuestro tan frívolo en el que nos envolvemos y dejamos de ser por un instante nosotros para pensar en alguien que no sea uno mismo y decimos gracias, tan solo es una palabra , pero muchas veces sirve de mucho, “gracias por estar o simplemente por ser”… quizás por el mero hecho de pensar que ese agradecimiento es explícito, o porque la conformidad se ha hecho dueña de nuestros deseos y la soberbia nos invade, nos creemos que todo tiene que venir hecho y nuestro ego se hace dueño de nuestras acciones.
Nunca sabremos el por qué de muchas cuestiones, las cosas que suceden quizás sucedan por alguna razón, no digo que no seamos dueños de nuestro propio destino, si no que, cómplice a ello todas las decisiones tomadas en nuestra vida tienen su efecto, somos lo que decidimos, y es por ello que la verdadera cuestión no radica en el por qué si no mas bien en el qué, saber como actuar o que hacer. No es imposible ser fiel a nuestra razón sin tener que por ello contradecir a nuestros sentimientos o impulsos, podemos lograr una armonía en cuanto al querer y deber. No es malo desear lo que no tenemos y convertir en objeto de nuestra ambición lo ajeno, no por querer poseer y tener más de lo que tenemos somos peor persona, no por querer enriquecernos personalmente y por qué no materialmente somos indignos, tan solo hay que ser lícitos y fieles a nuestros ideales, luchar por nuestros principios y creer en nosotros mismos. No obstante, nunca deberíamos dejar en el olvido nuestros comienzos, y no pisotear a quien nos brinda su ayuda, agradecer a alguien por su complicidad no es signo de debilidad, si no más bien de honestidad.
No todo lo que tenemos en la vida nos brida una eterna felicidad, pero ¿qué sentirías si no tuvieras lo que hoy te hace feliz, o por lo menos aquello que te aporta seguridad y estabilidad? Sin duda, ¿No te sentirías solo? Somos lo que queremos.
1 comentarios:
Creo que somos lo que quisimos ser, es verdad que cada momento en la vida nos define, sea malo o bueno, yo estoy loco y me da muchísima paz estarlo, pero tengo que confesar que hay etapas de mi vida que quisiera borrar, no me gustan, duelen tanto que a veces me da miedo despertarme, pero bueno, supongo que somos lo que queremos ser, muy bonita entrada. Me sorprendes por momentos.
Publicar un comentario
Bueno dejar vuestra firma...
Suscribirse a Enviar comentarios [Atom]
<< Inicio